EHKSS: La Malate 24h Trip – Surfeando la Ola de río

21/12/2012_8:15am

Nos despertamos, tras dormir 3 horas, al lado de una de las mejores olas de río del mundo, La Scie. Hace frío y la humedad seguramente ronda el 100% en esta orilla del río. En la web eauxvives.org dice que la ola funciona a partir de los 400m3. Bajan 500m3, y la ola no funciona. O al menos no lo hace como cabía esperar. Hay deflector, pero este no termina en una relativamente pequeña espuma en el pico de la ola. El día empieza mal para nosotros.

_8:45am

Nos tomamos un CafeOlé en el pueblo de al lado, Clerval, para despertar nuestros cuerpos y mentes castigados por el largo viaje y falta de sueño. El río lleva tanta agua que deducimos que, para que la ola de La Scie funcione, la plaza del pueblo debe inundarse. Hablamos sobre las opciones que tenemos y decidimos probar suerte más al sur, valle abajo. Por delante tenemos 4 spots potenciales.

_9:15am

Por la carretera que discurre junto al río Doubs avistamos muchas olas, muy bonitas, de las que no tenemos en nuestra tierra. La mayoría tiene fácil acceso, tanto que a veces, los caseríos parecen tener playas junto al río, debido a la crecida de este. Pero tienen difícil remonte. Un poco más adelante llegamos a Baume les Dames, que funciona a partir de los 650m3. Impracticable. Subimos al coche y seguimos.

_9:25am

Perdemos de vista el río. La carretera se aleja de él, teniendo que entrar entre las calles de los pequeños pueblos que salpican el valle para poder ver los siguientes spots. Viendo la dificultad y el tiempo que lleva llegar hasta el río, decidimos seguir hasta Besançon, donde esperamos encontrar una buena ola, y funcionando.

_10:10am

Llegada a Besançon. La entrada a la cuidad se hace subiendo una cuesta. El río queda tan lejos que ni se ve, ni se oye. Entre la entrada a la ciudad y el río se levanta un monte, que nos hace perder la orientación. Seguimos por la ciudad, atentos a cualquier indicio de que el río este cerca. La espera se hace larga, hasta que vemos el río, bajo el castillo de la ciudad que se erige imponente sobre una gran montaña al otro lado del río.

_10:35am

Cruzamos el río y seguimos, esta vez río arriba, hasta que empezamos a oír el rugir de las aguas y la espuma blanca. Para nuestra sorpresa encontramos un puente nuevo, hecho de vigas enormes de acero, sobre la presa de la ola, que nos permite ver la ola de frente: Acabamos de llegar a la ola de La Malate.

_10:55am

En el agua ya hay algunos piragüistas, entre ellos el holandés Casper Van Kalmthout(en la foto), que nos muestran que la ola es dócil y surfeable, a pesar de lo estremecedor e imponente que resulta a primera vista.

Estamos eufóricos. Lo hemos conseguido. Ahora toca disfrutar. Aunque también hay nervios. A la pregunta de “¿Quién va primero?”, nadie responde. No importa. A cambiarse de ropa, piraguas abajo y cámaras en posición para documentar nuestra pequeña hazaña.

(Xabi Olano, en su primera entrada a La Malate)

(Julen Arrizabalaga e Imanol Saiz, en su primera entrada a La Malate)

_11:35am

Primera entrada. Directos a la espuma. Aguantar, y salir hacia la pared. Se puede surfear y alejar de la espuma. La piragua no para de botar. La ola tiene mucha fuerza y, al principio, nadie quiere caer a la espuma. Es fácil despegar de la ola. No hay que hacer gran esfuerzo para acometer las maniobras. La adrenalina aflora y no podemos evitar sonreír.